Historia de Terror:
-¡Corre! ¡No mires atrás! – se escuchaba el grito de aquella
mujer mientras bajaba las escaleras de manera apresurada. En su ropa había
rastros de sangre.
-¿Qué ha pasado? – dijo aquél joven que recién llegaba a
casa la cual compartía con su hermana, Fue tomado por la muñeca y es jalado con
desesperación mientras abría la puerta.
-¡Cállate y vámonos! – Gritó nuevamente y esta vez con más
fuerza. – Debemos irnos ahora antes de que sea demasiado tarde.
-¿¡Y el niño!? No podemos irnos de aquí y dejarlo. – se soltó
de su hermana y de pronto se escucharon pasos fuertes y veloces.
El mayor se paró en
seco al ver aquello que estaba en el descanso de la escalera. Ojos escarlatas y
una sonrisa retorcida que goteaba una especie de líquido viscoso. Medía menos
que su hermana y tenía la piel arrugada y pálida.
-No pueden dejarme – Dijo aquél ser con una risa infantil
dando el primer paso dispuesto a bajar. – ¿Verdad?
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