El Gato Del Dalai Lama
Se encontraba sentada en las afueras de su hogar, en una banca junto a un árbol de naranja. La brisa hacía que la fragancia de las flores anduviera por todo el lugar.
La tarde era tranquila por lo que se encontraba en calma mientras se relajaba con el canto de las aves y la sombra de las nubes. Estaba por quedarse completamente dormida cuando escuchó un fuerte maullido proveniente de aquél árbol. Al mirar notó que un gato se hallaba asustado intentando bajar con poco éxito.
-¿Qué haces ahí, minino? . preguntó con suave voz poniéndose de pie sin dejar de ver al gato.
El gato, siamés por cierto, se quedó mirando a la mujer y nuevamente maulló intentando bajar de aquél árbol haciendo que varias hijas cayeran por el movimiento que éste producía.
-ven, deja te ayudo - le dijo mientras intentaba jalar la banca para poder pararse ahí y ayudarlo a bajar. Logró mover con éxito aquella banca y parándose arriba de ella alcanzó al gato el cual la rechazaba al principio pero luego se dejó tocar dando ligeros ronrroneos.
- Veamos, ¿de dónde eres? - Preguntó intentando encontrar algún indicio de la procedencia y de donde había llegado para llevarlo a su hogar, pero lamentablemente no tuvo éxito por lo que decidió llevarlo a su casa.
Pasaron unos cuantos minutos y entró a su casa con el gato en brazos y cerrando la puerta para que no se fuera, lo dejó junto al sofá.
Buscó su móvil y le tomó unas fotos para después encender su computadora e imprimir un anuncio de haber encontrado un gato y si estaba perdido podían encontrarlo en su dirección. Contenta por el resultado del anuncio fue a sacar unas copias dejando al gato solo en la casa.
Éste sólo se limitó en tan solo dormir en la alfombra a mitad de la sala.
Luego de poner varios anuncios por los alrededores y satisfecha por lo que había hecho regresó a casa para darle de comer y esperar por si alguien llamara.
Pasaron varios días y no había tenido respuesta ante ello y conforme avanzaban los días Alice se iba adaptando y encariñando con el gato que había encontrado por lo que ahora está pensando en ponerle un nombre y de tantos que había pensado decidió llamarlo Orange, en honor al lugar donde lo vio por primera vez.
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